jueves, 29 de agosto de 2013

¿Inútil?

Y me siento inútil.

Inútil ante estas ganas de tenerte que nunca serán más que ganas.

¡Ahhhh que no! Hoy me voy por otro lado.

Inútil ante las ganas de hacer que mi pueblo cambie.
Inútil ante no poder darle un giro de 180 grados al pensamiento de las personas que emiten comentarios sumamente indeseables.
Inútil ante no poder darle un ‘‘tabanón’’ a esos que siempre andan de mal humor.
Inútil ante no poder pintarle una sonrisa en la cara a todos… todos los días de su vida.
Inútil ante no poder gritarle un ‘’¡coñazo!’’ a muchos.
Inútil ante tener que aguantarme las ganas de pensar, de opinar y de vivir solo porque ‘‘no es lo correcto’’, porque ‘‘estoy loca’’ o también…
¿Qué nunca han sido víctimas del ‘‘mi hijo nunca va a hacer eso’’?
Ayy ese señor padre o señora madre que es religioso, estricto, siempre hace todo lo ‘‘correcto’’, y digno de ellos, pues, la familia perfecta… en esos casos me he sentido inútil ante no poder decirle a los señores perfección: ‘‘Querido Don fulano, Querida doña fulana... su hijo es SENDO maricón’’.
Inútil ante no poder tener una voz, una influencia, un qué decir, un chance, una esperanza, de que mi opinión como ciudadana sea tomada en cuenta.
Inútil ante no saber que hacer después que tenga el tan afanado título de ‘‘Licenciada’’.
Inútil de no poder brindarle seguridad a aquellos que amo, porque ni yo misma la tengo.
Inútil de no tener valor de salir corriendo.
Inútil de no poder controlar el miedo que me da, incluso, quedarme.
Inútil ante tantas vainas que nisiquiera puedo seguir escribiendo que tan inútil me puedo llegar a sentir.


Pero sobretodo inútil ante no poder resolver mis mismos problemas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario